viernes, 9 de marzo de 2018

La LAT Güeñes-Itsaso y la interconexión submarina Gatika-Francia obstaculizan la transición energética hacia un modelo descentralizado y democrático. EQUO-Berdeak


Las megainfraestructuras proyectadas en Bizkaia condicionan el futuro modelo energético

La línea de alta tensión Güeñes-Itsaso y el cable submarino Gatika-Cubnezais siguen adelante sin tener en cuenta otras alternativas como el almacenamiento o la gestión de la demanda 


Equo considera que se está perpetuando el modelo energético actual "centralizado y controlado" por pocas empresas 




La línea de alta tensión Güeñes-Itsaso y el cable submarino Gatika-Cubnezais se están abriendo paso en Bizkaia como las dos megainfraestructuras energéticas llamadas a marcar el paso. Ambas van a condicionar el modelo energético futuro para disgusto de algunos sectores de la sociedad, que ven en ambas megainfraestructuras una perpetuación del modelo energético actual "centralizado y controlado" por pocas empresas. La pregunta que se hacen es si ambas instalaciones encajan en un modelo energético eficiente.

Rosa Martínez, la diputada vasca de Equo en el Congreso, tiene muy claro que lo que está en juego es el modelo energético, más allá de los impactos ambientales y sociales que pueden sufrir los municipios afectados. "Hay mucho dinero en juego y esto al final se puede convertir en un segundo Castor [la plataforma de extracción de gas que dejó de funcionar en la fase previa de la explotación por los terremotos que estaba provocando en la zona]. El cable submarino tiene un presupuesto de 1.800 millones de euros, con un riesgo de sobrecoste que tanto la Comisión Europea como la comisión nacional de mercados y de competencia ha reconocido. Si no están bien hechos los cálculos en cuanto las amortizaciones, ahorro, etc....pues va a resultar un sobrecoste al sistema eléctrico que vamos a pagar todos en la factura de la luz". 

El caso es que en un par de meses se ha organizado una plataforma y los municipios afectados ya han presentado alegaciones, especialmente por los que pasa la línea de alta tensión Güeñes-Itsaso. "Estas infraestructuras", explica Rosa Martínez, "tienen su origen en un objetivo europeo de aumentar la interconexión entre todos los países, pero claro es un objetivo general que no tiene en cuenta las circunstancias particulares de cada país y de cada proyecto concreto. Creo que no es bueno para nadie un proyecto de esa magnitud sin estudio, justificándolo solo por un objetivo de la Unión Europea. Tenemos mucha experiencia de proyectos que son innecesarios y que luego pagamos entre todos".

Industria vasca

A los requerimientos de informes y cálculos, el Gobierno central responde con generalidades. "No es capaz de decir de dónde sale el ahorro, ni presentar informes. Los 1.800 millones de euros los vamos a pagar entre todos, pero es que también se compromete el modelo energético y lo decanta absolutamente".

Otra de las cuestiones es ¿hasta qué punto estas megainfraestructuras van a favorecer a la industria vasca o a abaratar la factura de luz? "Favorecerán la competitividad de las industrias vascas si las interconexiones hacen bajar el precio de la luz, pero es que esto no es seguro", replica Martínez. "Lo que realmente puede hacer bajar la factura de la luz es incrementar las renovables. Y eso no está en los planes del Gobierno. Se trata de afirmaciones que se hacen gratuitamente, pero que nadie cuantifica. Si las infraestructuras son necesarias adelante, pero cuando hay tantos millones en juego hay que ser más rigurosos porque el debate sobre la transición energética en Euskadi ni siquiera existe".

Proyectos

1-La Línea alta tensión Güeñes-Itsaso. Tiene cerca el final de su tramitación para iniciar la ejecución. Es un proyecto ya incluido en la planificación energética desde 2011 (retrasado por la moratoria de inversión pública de Montoro en 2012). Red Eléctrica Española justifica su trazado para "cerrar el anillo" norte y conectar Euskadi "con la eólica" de Galicia. Coste: 70 millones.


2- Cable submarino Gatika-Cubnezais. Es la interconexión eléctrica con Francia que inicia ahora su andadura con el proceso de participación pública. Está justificado por el objetivo marcado por la UE de que todo país debe tener el 10 % de interconexión eléctrica (no especifica si de potencia instalada o pico de demanda). Es un proyecto de 1.850 millones, del que no se han facilitado informes ni cálculos de su necesidad en el caso español más allá del objetivo europeo general. Las interconexiones se han convertido en un tema polémico porque el ministro Nadal condiciona los objetivos de renovables en la política europea a que la UE apoye y financie las interconexiones en España.

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